Un trastorno de la alimentación para cada persona

Hace ya tiempo que se viene escuchando que el diagnóstico más frecuente dentro de la categoría de los TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria) es el Trastorno de la Alimentación No Especificado (TCNE).

Si bien es cierto que los diagnósticos son categorías que contienen un conjunto de síntomas, que nos orientan y nos definen un determinado cuadro, al final, son simplificaciones de una realidad más complicada por el hecho de ser única.

La relación con la alimentación es una de las primeras relaciones que establece el bebé con entorno, cada niño tiene un particular forma de calmarse y la comida es una de las primeras. El hambre, cuando somos bebés, es experimentado como una sensación total que desencadena enel niño una serie de procesos: insatisfacción, frustración, enfado. Nos ponemos a berrearporque sentimos un disconfort en nuestro cuerpo, que no sabemos a qué responde y que por nosotros mismo no podemos calmar.Lloramos, llamamos alguien con nuestro llanto. Si somos afortunados, entonces recibimos el alimento de nuestra mamá (o papá) que vendrá a quitarnos ese malestar. Y así con el tiempo iremos aprendiendo a reconocer nuestras sensaciones, a ponerles nombre, a aguantar más ratitos esos momentos de disconfort y a saber que al final llega la recompensa, el bienestar.

La comida, nuestro primer calmante. Un consuelo inicial. Unida a ella, la presencia de esa figura que nos cuida, que nos protege y de la que nuestra vida depende.

En fin, todo un argumento para una película dramática coninfinitas derivadas y finales.

Lo que queremos transmitir es que, aunque normalmente un Trastorno de la Alimentación se desarrolla en la pubertad-adolescencia las bases están puestas mucho antes. El temperamento infantil marcará en parte la relación con esa mamá y la mayor o menor capacidad de tolerar la frustración.

Alunos bebés hambrientos se calman sólo con oír los pasos de la madre que se acerca, otros se calman cuando están en el regazo, otros cuando la leche ya está en la barriguita, y otros que siguen enfadados incluso cuando empiezan a mamar. Cada bebé necesitará un acople distinto con su propia madre, y cada madre necesitará también ir adaptándose a ese hijo que tiene.

Cuando se instaura un cuadro de Anorexia o Bulimia, hemos de ser sensiblesal tipo de “bebé” que tenemos en nuestra consulta, para poder ayudarle a desarrollar unas aptitudes diferentes frente a la comida y frente a su mundo emocional con el fin de que no necesiten utilizar tanto su cuerpo para transmitir ciertos sentimientos, y que en definitiva puedan encontrar un camino menos desgarrador para seguir con la vida.

Menú

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. Más Información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar